Crítica KELP: "El Greco"
De la editorial alemana Michael Imhof nos llega el trabajo monumental del pintor griego "El Greco" (el griego).
Un formato de 29cm x 37cm nos entrega fenomenales 86 imágenes de lo más selecto del trabajo pictórico del Greco.
El Greco fue un pintor del final del Renacimiento que desarrolló un estilo muy personal en sus obras de madurez.
Detallamos a continuación algunos extractos de su historia para hacerse una idea del pintor y lo que el libro incluye.
Su obra resumida en este libro se compone de grandes lienzos para retablos de iglesias, numerosos cuadros de devoción para instituciones religiosas y un grupo de retratos considerados del máximo nivel.
Actualmente está considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental.
Esta alta consideración es reciente y se ha ido formando en los últimos cien años, cambiando la apreciación sobre su pintura formada en los dos siglos y medio que siguieron a su muerte, en que llegó a considerarse un pintor excéntrico y marginal en la historia del arte.
El arte del Greco fue una síntesis entre Venecia y Roma, entre el color y el dibujo, entre el naturalismo y la abstracción.
Consiguió un estilo propio que implantaba las técnicas venecianas en el estilo y el pensamiento manierista.
La cuestión de hasta qué punto, en su profunda transformación toledana, el Greco recurrió a su experiencia anterior como pintor de iconos bizantinos se ha debatido desde comienzos del siglo XX.
Algunos historiadores del arte han afirmado que la transformación del Greco se hundía firmemente en la tradición bizantina y que sus características más individuales derivan directamente del arte de sus ancestros, mientras que otros han argumentado que el arte bizantino no puede relacionarse con la obra tardía del Greco.
El tratamiento de sus figuras es manierista: en su evolución no sólo fue alargando las figuras, sino haciéndolas más sinuosas, buscando posturas retorcidas y complejas (la figura serpentinata).
Era lo que los pintores manieristas llamaban furia de la figura, y consideraban que la forma ondulante de la llama del fuego era la más apropiada para representar la belleza.
Él mismo consideraba las proporciones alargadas más bellas que las de tamaño natural, según se desprende de sus propios escritos.
Otra característica de su arte es la ausencia de naturaleza muerta. Su tratamiento del espacio pictórico evita la ilusión de la profundidad y el paisaje, habitualmente desarrollaba sus asuntos en espacios indefinidos que aparecen aislados por una cortina de nubes.
Sus grandes figuras se concentran en un espacio reducido próximo al plano del cuadro, a menudo apiñadas y superpuestas.
El tratamiento que da a la luz es muy diferente del habitual. En sus cuadros nunca brilla el sol, cada personaje parece tener dentro su propia luz o refleja la luz de una fuente no visible.
En sus últimos cuadros la luz se hace más fuerte y brillante, hasta el punto de blanquear el fondo de los colores.
Este empleo de la luz concuerda con su antinaturalismo y su estilo cada vez más abstracto.
Se incluye parte de su mejor obra para dar una visión general de su estilo pictórico, de su evolución artística y de las circunstancias que han envuelto a sus obras tanto en su ejecución como en los avatares posteriores.
Hasta hoy en día faltaba un documento que en formato grande registrase el arte del Greco, en alta calidad y color.
El Greco, libro, llena este espacio vacante en la historia.
Muy recomendable!
El libro lo puedes encontrar directamente acá.