¿Graffiti es arte o vandalismo?

Esta
pregunta caracteriza al graffiti en toda conversación.
¿Crea o destruye? Es
cuestión del punto de vista del que queramos verlo. En realidad es éste el carácter
que constituye su esencia: La ilegalidad.


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Debemos
dividir graffiti en dos partes. Graffiti legal (arte) y graffiti ilegal (vandalismo).
En sus inicios el graffiti en Nueva York, era ilegal en todas sus
manifestaciones.

Tanto
los tag como los posteriores flop y las piezas en los
trenes no buscaban el permiso de la autoridad para
ser realizados. De hecho, el lema era contrarrestarla. En Chile, la llegada del
graffiti no cambia su esencia, si bien la autoridad mostraba cierta preocupación
por los graffiti especialmente los tag, los escritores salían
ilesos explicando simplemente sus actos.

La
ilegalidad es la base y el fundamento para muchos escritores, por sobre
el daño y rechazo que puedan generar sus pinturas. Los graffiti no tienen orden
ni concierto para su generación, vulneran la ley
en
cualquier superfi cie que no necesariamente ha sido pensada para este fin. Pero
no todo es tag y este trabajo pretende mostrar también la otra cara del graffiti.

La
cara que a fines de los ´70 en Nueva York fue la iniciativa de las galerías de
arte. Transformar el graffiti de los trenes en algo cercano al transeúnte. En
Chile el graffiti comienza a ser realizado con permiso, principalmente a partir
del muro realizado en Av. Portugal con Alameda por Rick y Coolstyle en 1994.

 

Realizar
un graffiti legal es generalmente una pieza o una
producción.


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La razón de la legalidad es simple. El escritor generalmente
después de un tiempo rayando en la ciudad comienza un proceso el cual se
destaca por una búsqueda de un nivel artístico mas elaborado de sus piezas.
Esto
requiere tiempo y dedicación, con lo cual también se comienza a pedir las
paredes para pintar volviéndose legal el trabajo. La diferencia de estos dos
grupos, vándalos (graffiti ilegal) y grafi teros (graffiti legal), es que los vándalos
pintan para marcar su territorio, mientras que los verdaderos grafi teros
pintan para manifestar su arte.

La
diferencia es muy delgada ya que muchos grafiteros también pueden ser
considerados vándalos al rayar en forma ilegal los espacios públicos.

Cada
día el graffiti se renueva y pareciera que con el tiempo estuviera adquiriendo
mayor fuerza y poder, junto con aumentar la cantidad de adherentes que lo
practican.

 

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