En el graffiti existen ciertos códigos o reglas. La
primera regla y la más importante es el respeto. Quien
logra respeto de sus pares, por lo general es una persona que lleva mucho
tiempo pintando
y que ha logrado un estilo propio. Para ganarse
respeto es necesario hacer un trabajo humilde con una actitud consecuente con
el movimiento. No se puede llegar y pintar sobre un
graffiti
acabado, algo que sea de inferior calidad.
El graffiti es un arte como cualquier otro. Si quieres
convertirte en un maestro necesitas practicar. Por ejemplo, si quieres jugar al gobernador del poker, tendrás
que practicar mucho más para convertirse en maestro. O si quieres convertirte
en un nadador de clase mundial, debe practicar mucho además de ver la técnica
de los otros. Sin embargo como en el graffiti siempre debes tener en cuenta tu
estilo y no copiar sin respecto a tus pares.
Existen discrepancias frente a este punto entre los
mismos escritores. Según Drips el graffiti es “…para
ser borrado. No te va a durar un graffiti para siempre por que tu estas
pintando un muro y en el fondo no es algo tuyo. Graffiti es movimiento.”
A fines de los noventa, Plaza Italia era un punto
importante de graffiti, donde los escritores más reconocidos plasmaban
sus obras. Ahí existían códigos. No cualquier escritor pintaba en esas
paredes.
Actualmente en Av. Ossa sucede algo parecido. Una
pared grande, con mucha afl uencia de gente, se convirtió en la versión chilena
de las Hall of Fame en Nueva York.
Estas paredes eran puntos de encuentro para los más
experimentados escritores, quienes tenían el derecho de pintarlas. Las
obras realizadas en esos lugares servían para ver en qué nivel de desarrollo
estaba el graffiti en ese momento. Si un escritor desconocido intentaba
pintar en esos lugares, era rápidamente borrado.
A pesar de tener influencias de la comunicación de
masas, el graffiti tiene una regla de comportamiento bastante curiosa. Los escritores
que copian alguna obra ajena son duramente criticados y sus obras
rechazadas. El acto se considera biting. Pero
nadie considera plagio, por ejemplo el utilizar imágenes de la televisión para
su graffiti.
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