El artista británico Julian Beever ha
recorrido el mundo dibujando, en el asfalto y con tiza, cascadas con
animales y plantas exóticas, sapos gigantes, pescadores sacando alguna
presa del agua, una foca asomando la cabeza, superhéroes rescatando a
un suicida o una mujer bañándose en una piscina. Pero en Chile los
transeúntes que esperaban ver este tipo de imágenes, realizadas con una
perspectiva que da la impresión de tridimensionalidad, quedaron
perplejos. ¿Dónde quedó el Beever imaginativo y exuberante que
anticipaba su leyenda? ¿Se habrá ido de parranda?
En la intervención que realizó hasta ayer en el Mall Alto Las Condes
no dibujó ni un paisaje chileno ni tampoco escenas como las que dan la
vuelta al mundo a través de internet. Por encargo de la empresa que
auspiciaba su visita sólo dibujó una botella asociada a esa marca.
¡Salud!
A pesar de la decepción, fueron varios los curiosos que se acercaron
a verlo trabajar. El tipo es un espectáculo. Pero para sacarse una foto
al lado del dibujo, había que comprar una botella del destilado. Por
buena que fuese la promoción, muchos comentaron que su estadía dejó con
gusto a poco.